Citrus reticulata Blanco
RutaceaeLa presencia de cítricos en el jardín medieval está desprovista de todo sentido utilitario ya que los agrios antiguos no producían frutos comestibles, su cultivo obedecía a fines casi exclusivamente ornamentales. En este sentido es definitoria la cita del historiador y viajero del siglo XIV Ibn Jaldun: los cítricos (junto con el lilo o el ciprés), son árboles cuyos frutos no contienen ningún principio ni utilidad alguna. Ibn Jaldun fue durante un tiempo embajador de los sultanes nazaríes de Granada. Acudió a Sevilla para entrevistarse con el rey Pedro I de Castilla y ratificar un tratado de paz entre ambos reinos. En su visita, antes de ser recibido por el rey en el Salón de Embajadores, Ibn Jaldun tuvo seguramente que pasar por el Patio de las Doncellas, en el que había plantado cítricos y en el que pudo así comprobar el uso ornamental de estos árboles en el palacio. Será pasada la Edad Media, a medida que se progrese en la hibridación de cítricos, cuando se generen nuevas especies que produzcan frutos comestibles. Una vez se consiguieron por hibridación cítricos alimenticios, fueron estos siendo incorporados a una de las principales fuentes de recursos del Alcázar, las huertas, cuyas rentas por su arrendamiento generaron importantes beneficios. Durante la creación de la Huerta del Retiro, hay un cambio en la predilección por la naranja amarga dentro del grupo de los cítricos, ya que en el proyecto para la creación de este nuevo jardín, en 1911, se incluía la recomendación de que los nuevos naranjos que se pongan sean injertos de mandarina. Desde esta fecha al menos contamos seguramente con la presencia de mandarinos en el Real Alcázar.